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27.4.11

DE BASSES Y CARPAS

Acabo de echar un vistazo en el blog de mi buen amigo Javi y me he animado a colgar algo. Me cuesta, lo reconozco y por las circunstancias cada vez más, pero me he obligado a poner una entrada, aunque no sea nada del otro mundo y más bien de forma escueta. No navego por la blogosfera como lo hacía antes, así que si no os dejo comentarios en los vuestros no os mosqueéis mucho conmigo.
De las últimas salidas de pesca me quedo con dos. La primera en la que fuí con Javí a por bases y barbos con los kayaks a echar un magnífico día. Estas jornadas siempre son una aventura y más si transcurren en escenarios como aquel. El bass de la foto fue una sorpresa y una descarga de adrenalina. Cuando pillas desde el kayak y con la caña de mosca un pez tan explosivo y de buen tamaño cualquier cosa puede pasar.


La otra fue de hace unas semanas. Salí a echar la mañana con mi padre en plan muy tranquilo. Tiene una pierna fastidiada y apenas se aleja del coche. Con todo y con eso las capturas fueron de buen porte. El sacó varios basses y yo una buena carpa. Siempre he añorado capturar un carpón y que él me ayudara. Así fue. Menudo pez salió.


Se ha llevado dos semanas en las que cada vez que hemos hablado por teléfono me ha sacado el mismo tema... "como se doblaba la caña Luisillo" genial.



Hasta pronto...

17.5.09

ENCUENTRO DE PESCADORES "AVENTURA SIERRA MORENA 2009"

Son muchas las sensaciones que me traigo de este encuentro de pescadores. Vinieron amigos desde Málaga, Cádiz, Sevilla y, por supuesto, de Córdoba, que es donde nos reunimos. Todo se organizó con la idea de disfrutar sábado y domingo. Yo decidí ir viernes y sábado, puesto que el domingo tenía un compromiso.
El viernes fue un agradable ir y venir entre el embalse y la capital cordobesa, en el que pude intercalar un agradable paseo en el kayak y algunos lances. Al caer la noche volví hacia la "civilización" en busca de nuestro amigo Jorge Moreno, que también andaba por allí. La cena improvisada nos llevó, de la mano de Álvaro y Juan Alfonso, al centro de Córdoba, donde compartimos unos agradables momentos entre salmorejos y flamenquines en pleno centro de la ciudad. De allí al corazón de la sierra, dispuesto a pasar la noche en la orilla de nuestro destino de pesca. Tengo que decir que el trayecto hacia este lugar en plena noche es una auténtica gozada. Se me cruzaron animalillos de todo tipo, algo que durante el día es difícil contemplar.Cuando llegué al lugar elegido para dormir, me bajé del coche y pude sentir maravillado el sonido de la noche en plena naturaleza... algo único.
Al amanecer desayuné y rápidamente me monté en mi kayak para dar unos lances antes de que el sol calentara el día. Crucé el embalse y justo al comenzar a pescar vi a lo lejos, junto a mi coche que ya estaba mi amigo Javi descargando sus cacharros. Al ratito aparecieron el resto de los compañeros, un total de dieciocho. La sensación de estar acompañados por tantos amigos, pescadores y amantes de la naturaleza, es sumamente gratificante. Me llamó la atención una pareja entrañable. J.Antonio y Piluca, padre e hija, que, sin pensárselo dos veces, sacaron su kayak hinchable de dos plazas y se lanzaron a conocer este espectacular embalse. Eso es educar a un hijo... y lo demás...
A parte de conocer por fin a algunos compañeros del foro pescamoscasevilla, me reencontré con los ya conocidos. En fin, todo muy agradable.
Se acordó que estuviéramos todos a las tres de vuelta para almorzar y así fue. Mientras tanto, J.Antonio, David y J. Alfonso y yo disfrutamos de un gran paseo con el kayak y de unos buenos momentos de pesca. El almuerzo consistió en un suculento surtido de ibéricos proporcionado por Kike y J. Antonio, amenizado por el cachondeo del personal.Tras una sobremesa entre bromas, batallitas y algún pequeño incidente con los coches debido a las rocas de la orilla, nos pusimos, Javi y yo, a tentar a los alburnos, que en estas tierras cordobesas son de talla XXL. Para él y para mi se terminaba el tiempo en esta entrañable reunión, así que nos despedimos, con todo el dolor de nuestro corazón y nos fuimos. Dejamos atrás una bella experiencia compartida con nuestros amigos malagueños, gaditanos, cordobeses y sevillanos.
Os dejo las mejores imagenes que pude tomar de mi dos días de aventura.
MUCHAS GRACIAS A TODOS Y HASTA PRONTO

















p.d. Gracias Miguel por hacer el esfuerzo de acercarte en este momento tan especial para ti.

6.5.09

CASI SIN QUERER...

Si una entrada y una captura se pueden dedicar, estas, sin duda, las dedico al pequeño Miguel que acaba de llegar... y a sus papás. Un fuerte abrazo para los tres.
Voy caminando por la orilla sin rumbo fijo. Simplemente paseo y observo. El agua estaba algo turbia y pensé que habría movimiento de peces en el fondo. En superficie y dispersos se veían barbos buscando algo que llevarse a la boca. Pero eran pocos los ejemplares para las fechas en la que nos encontramos.

Sin tener un objetivo claro, como movido por un impulso, lanzo la mosca. Aterrizó lejos, como a veinte metros. Poco a poco se hundió. La saco del agua y vuelvo a lanzar, pero esta vez más cerca. Mientras se hunde, y justo antes de perderla de vista, aparece una mancha oscura que resultó ser un barbo. Pensé que habría atacado al señuelo y dí el cachetazo. La linea se tensó y comenzó a salir. Ajusto el freno mientras el carrete no paraba de dar vueltas a gran velocidad, pero sirvió de poco. Era un pez muy fuerte, mucho más de lo normal. Supe que era un barbo de gran tamaño. El pez nadaba derechito para unas ramas sumergidas cercanas a la orilla de enfrente. Aquello se complicaba. Arriesgué y apreté unas vueltas más el freno. Con la caña cada vez más arqueada y el freno casi bloqueado conseguí parar al barbo en su carrera. Realmente creía que el equipo iba a fallar de alguna manera. El bajo, los nudos, los conectores, el anzuelo... era fácil que la potencia del animal acabara con la resistencia de alguno de los componentes del equipo. Consigo parar al pez pero ahora había que acercarlo a mi orilla. Poco a poco, bombeando con la caña voy recuperando linea, pero cada dos por tres el pez explotaba, dando carreras de unos diez metros en las que yo no podía hacer nada para detenerlo. Realmente espectacular. Así pasaron los minutos hasta que por fín lo tenía al alcance de la sacadera. Vi al barbo con claridad. Era realmente grande. Era el momento más delicado. Cualquier sacudida del pez en ese momento hubiera supuesto la rotura del bajo o la apertura del anzuelo. Pero no, entró en la red cansado, sin defenderse.

Rápidamente lo desanzuelé y lo volví a meter en el agua para que se recuperara. No le quería causar daños tras la dura pelea. Preparé la cámara e hice algunas fotos, que por cierto no salieron demasiado bien.


Corriendo me fui para la orilla y lo solté... Adios amigo y disculpa el mal rato

Me senté unos minutos en la orilla para descansar y asimilar el lance que acababa de vivir. Había sido una experiencia realmente bella. Aquel pez volvió a su medio completamente sano y yo regresé a casa con la satisfacción de haberlo tenido en mis manos.
Tener al otro lado de la linea un barbo gitano, que supere con creces la barrera de lo tres kilos, es una experiencia que todo pescador de barbos a mosca debería experimentar alguna vez. Espero que tengáis vuestra oportunidad.

Hasta pronto
P.D. Pasaros por el blog de Jose "Mosqueados"... sin comentarios

1.5.09

INCERTIDUMBRE HASTA ÚLTIMA HORA...

Cuando sonó el despertador estaba profundamente dormido, buena señal. He estado un par de días con algo de fiebre y no he tenido claro si hoy me encontraría bien para salir con mis amigos de pesca. No es que esté como una rosa, pero si, me voy con ellos, aunque me tomaré el día con tranquilidad. Ni kayak, ni grandes caminatas y toda la relajación del mundo.
Como siempre, el camino de ida fue ameno y divertido en compañía de Javi y Eduardo. Una vez allí tardaron poco en montar sus artilugios y salir pitando en busca de su particular aventura. Yo fui a pie, sin prisa e intentado no darme la paliza y con la idea de concluir mi jornada al mediodía. El almuerzo lo hicimos en una punta del embalse, aprovechando para ponernos al tanto de cómo estaban los peces. Después de comer, mis compañeros se perdieron en la inmensidad del embalse de nuevo y yo me fui para el coche a descansar e intentar que no se agravara el puntillo griposo que me había perseguido toda la mañana.
A eso de las siete de la tarde partimos de vuelta a casa.

El balance ha sido positivo. Tanto Javi como Eduardo han conseguido numerosas capturas. Carpas, Barbos y basses sucumbieron a sus moscas. Le sacaron un buen partido al día. Yo tuve suerte y pude capturar una bonita carpa común muy luchadora y combativa. Cuatro kilos y medio de astucia y fuerza, que se tradujeron en una lucha en la que el pez buscaba constantemente obstáculos en los que poder zafarse de la mosca.




Hasta pronto