30.5.08

JUEVES, DIA LABORAL...

Jueves 29 mayo. Día laboral como tantos... bueno, como tantos no. Tener como compañero de trabajo a un amigo es una suerte, si es pescador más... No es nada difícil improvisar una salida de pesca con Javi DH, aunque esté lloviendo. Disponíamos de un par de horas tras salir del trabajo. ¿Objetivo?...algún lugar cercano donde relajarnos caña en mano.
Entre charlas, casi sin darnos cuenta, llegamos a nuestro destino. Una vez allí, cambiamos de actitud. Preparábamos el equipo sin quitar la vista del agua...
La idea de Javi era tentar la suerte junto a los pilares de un puente abandonado en aquel lugar. El mio, unas playas de hierba inundada por la subida de nivel del agua.
Los nubarrones no desaparecieron hasta que el sol comenzó a ponerse. Algo de viento y cielo nublado son ingredientes que excitan a los peces. Con el agua por encima de las rodillas, quieto, caña en mano... así un par de horas. La estrategia dio sus frutos. Viendo las fotos conté catorce peces.


El primero de la tarde fue el más guerrillero. Con una imitación de hormiga flotante, lanzada a unos cinco metros de mi, lo vi aparecer del fondo, atraído por la imitación. Pasó varias veces cerca de ella, hasta que saco el hocico fuera del agua con la boca abierta, muy despacio y se la tragó. El cachete hizo transformarse al pez. De un animal apaciguado y tranquilo pasó a ser una bestia poseída por la adrenalina.
Sacó toda la linea y parte de la reserva, rozándose con todos los obstáculos que había alrededor. No llegaba a los dos kilos de peso, pero desarrollaba una potencia increíble...
Las subidas a las moscas eran constantes, algunas en vano y otras con éxito.

Javi por su parte pinchó varios bases de diferentes tamaños, aunque no era el lugar idoneo para esta especie, pues las variaciones de nivel afectan al normal desarrollo de las puestas.
Pasó el tiempo y las pocas horas de las que disponíamos "volaron" ...

...y el sol se dejó ver durante unos minutos, entre las nubes del horizonte, antes de volvernos para casa...

Para conocer la visión de Javi DH de esta pescata fugaz entrad en Big Fish Sevilla

24.5.08

JORNADA "ANDARRIOS"

Hace tiempo que pretendía participar en el proyecto "ANDARRIOS" .Nunca había podido y ya iba siendo hora. Un correo de Rafael, un amigo que lleva tiempo participando y también como organizador de este proyecto, y el ánimo de Carmen para que me tomara el día libre, han hecho que me sumara a esta iniciativa. Este voluntariado está dividido por provincias y en nuestro caso actuaríamos en la provincia de Huelva.
En principio salimos desde Sevilla Rafael, Paco y yo y más tarde se sumaron Agustín y Eduardo.
El día lo planteamos de la siguiente manera: por la mañana un rato de pesca...
... y por la tarde llevar a cabo el protocolo de muestreo y mediciones correspondientes.
El lugar elegido es un tramo de un precioso río onubense cerca de su desembocadura en un gran embalse. Sin duda un "punto caliente" para dar unos cañazos...


Llegamos a nuestro destino y dejamos el coche a unos minutos del agua. Un corto descenso y en poco tiempo estábamos caña en mano en busca de nuestros explosivos barbos gitanos. Las primeras capturas no tardaron en llegar.
Soplaba un viento moderado que dificultaba bastante la pesca fina y sutil, por lo que hubo que buscar soluciones. La mía fue acortar el bajo y aumentar el tamaño de la imitación.
Nos fuimos repartiendo por la zona. Mientras Eduardo y Agustín remontaron por el río, Paco y Rafael pescaron en un punto intermedio.
Yo, movido por la curiosidad, descendí por la cola del embalse. A medida que avanzaba aumentaba el tamaño de los peces.
Los últimos, que rondaban los dos kilos, atacaban la ninfa con una gran energía, casi no daba tiempo a reaccionar y clavar al pez. Por toda la orilla había una franja de hierba inundada, tras la cual se movían los grupos de peces en busca de alimento. En uno de los lances, tras hacer chapotear la mosca, una gran mancha amarilla reventó la superficie... un buen barbo de mas de dos kilos protagonizó una espectacular pelea. ¡Cómo tira un pez así!...
Mi mayor captura del día
Tras el ameno y divertido almuerzo con los compañeros, recogimos y remontamos el río por el carril en busca de un tramo menos influenciado por el embalse.
En ese intervalo de tiempo el caudal duplicó su volumen. Lo que suele ser un río de pequeñas corrientes intercaladas por pozas de poca profundidad, se convirtió en pocos minutos en un torrente más parecido a un río pirenaico que a otra cosa.
La cercanía de otro embalse por encima de nosotros y las últimas lluvias provocaron la situación. Mis compañeros llegaron a la conclusión de que no era viable hacer las mediciones con el río en esas circunstancias.
Agustín en su día se comprometió a regalar una caja de moscas al que sacara la pieza más grande de la temporada pasada. Pues bien, me dio un surtido completo de imitaciones que guardaré como "oro en paño". Para mi, que soy un pésimo montador, es un valiosísimo trofeo. Desde aquí le doy las gracias.
Así que recogimos y para casa.
Ha sido un placer compartir este divertido y entretenido día con mis compañeros.

20.5.08

UN CHANDAL SIN BOLSILLOS...

Fue un día amargo... en esto de la pesca, como en la vida cotidiana, hay momentos bellísimos y otros que te marcan negativamente.
Fuimos mi padre y yo de pesca al intensivo del Hueznar, como hacíamos casi todos los fines de semana. Después de pasar por la casa de la Isla del Pescador, donde vivía Alfonso, el guarda, y expedirnos los permisos, nos dirigimos impacientes al río.
La primera poza, debajo del Puente de los Tres Ojos, era de parada obligatoria. Los primeros lances no se dieron mal, por lo que decidimos quedarnos por allí toda la mañana.
Yo, que era un chiquillo de unos diez años, acostumbraba a llevar puesto un chandal sin bolsillos, que me resultaba muy cómodo para moverme por allí y que era rápido para secarse en caso de caída al agua, que las había constantemente...
Mi padre insistía en la zona y yo fui remontando el río, pasando bajo el puente y quedando éste entre mi padre y yo. Me paré en un remanso, en el que se unen dos brazos del mismo río, que me encantaba por sus truchas fáciles. No es una zona escabrosa por lo que mi padre me dejaba separarme de él unos metros. Entre lance y lance, con varias truchas en la cesta, vi pasar el viejo Land Rover de Alfonso, guarda vocacional, chapado a la antigua, responsable y serio en su trabajo.. de los que ya no quedan. Me vio y se acercó para estar un ratito conmigo. Me dijo que por ese tramo habían soltado una trucha de las gordas, que no me moviera de allí. Yo aluciné... Alfonso se fue y me quedé allí toda la mañana.
Insistiendo en los lances, escuché el motor de otro coche que se paró detrás de mi. Era el "cuatro latas" de la Guardia Civil... Se bajaron dos agentes. El más alto y delgado me pegó una voz y me dijo que me acercara. Lo hice y aquello me asustó un poco. Desde el carril donde estaban los civiles no veía a mi padre, que no se dio cuenta de nada. Me impresionó el gesto de aquel tipo, delgado y alto, con cara de pocos amigos y con un pistolón enfundado en el cinturón que nunca olvidaré...
Me pidió el permiso y la licencia. Yo le dije con voz temblorosa que no los llevaba encima, que mi chandal no tenía bolsillos y que los llevaba mi padre. El me contestó que eso es lo que le decían todos los furtivos... yo insistí en que cruzáramos el puente, que mi padre estaba allí mismo y les confirmaría lo que les decía. No sirvió de nada...Me pidió mis datos, me quitó la caña, las truchas y se fueron.
Completamente desconsolado, entre sollozos, bajé por el carril y le conté a mi padre lo sucedido... Apareció de nuevo Alfonso que se bajó del coche y se acercó al verme llorar. Al conocer la historia, el guarda, encolerizado, nos puso al tanto de qué tipo de persona era el "valeroso" agente. Nos contó que era conocido como el "PEGAOSTIAS"... En su haber tenía todo un historial de abusos de autoridad por los pueblos de la zona.
En esta ocasión me tocó a mí.
El resto del día fue un incesante ir y venir entre el coto y la Casa Cuartel de Cazalla. No llegamos a encontrar al personaje en cuestión, menos mal, pues el monumental enfado de mi padre y la absoluta desfachatez del agente hubieran sido una mezcla muy delicada. Coincidimos con un Guardia Civil que nos comentó que ante las decisiones del "PEGAOSTIAS" no había nada que hacer, que no nos complicáramos la vida... El día fue muy amargo para mi.
Tras pagar la multa, semanas después, y tener que esperar unos días más, pudimos recuperar mi caña. Lo que de verdad tardé en recuperar fue la confianza en el cuerpo de la Guardia Civil...
En el ABC publicaron una carta de mi padre titulada "UN CHANDAL SIN BOLSILLOS" en la que, a modo de protesta, narraba la heroicidad del agente ante un delincuente como yo...
Veinticuatro años después, el tema, evidentemente, está más que superado.
Un pastor de aquella zona, le comentó a mi padre hace unos días (no se como surgió la conversación) que un ex Guardia Civil muy conocido en el pueblo, encarcelado hace años, se había suicidado... era conocido como "EL PEGAOSTIAS"

10.5.08

POR TIERRAS GADITANAS

Salimos de casa hacia el sur, sin un destino claro... Zahara, Bornos, Hurones, Guadalcacín. Cualquiera de estos embalses son magníficos. Una vez en carretera y viendo como estaba el día, optamos por Bornos. Ya hacía tiempo que no íbamos por allí. El bajo nivel que mantuvo la temporada anterior hizo que buscáramos otros destinos. Era hora de volver y tantearlo. Un chaparrón de bienvenida marcó lo que sería la pauta del día.


Me sorprendió el aire tan frio. El conjunto de nubes tormentosas alternadas con pequeños claros, empujados por un fuerte viento, no me dejaron alejarme demasiado del coche. . .



Las condiciones no eran las mejores


La cosa estaba algo complicada para pescar y decidí tomarmelo con mucha tranquilidad. Se nota un incremento del nivel del agua pues había mucha vegetación inundada.



Carmen aprovechó para dibujar


Con las polarizadas amarillas apenas se distinguían algunos peces entre las agitadas aguas. Caminando muy despacio, con el agua por las rodillas, recorría pequeños tramos de orilla en busca de alguna silueta, de alguna mancha amarillenta, síntoma de que algún barbo refleja algo de luz con su vientre. Los resultados fueron mejor de lo que esperaba. Salieron algunas capturas que me dieron mucho juego.


Las impresionantes carreras de los barbos de este embalse son dignas de peces de mayor porte. Todo un disfrute. Tanto barbos como carpas picaron en superficie, aumentando la espectacularidad de los complicados lances contra el viento. El ritmo constante de las capturas, sólo interrumpido por la lluvia, hizo que el día pasara muy rápido. Pescar en los enormes bajíos de Bornos es pescar en absoluta tranquilidad. Son unas playas en las que no merece la pena practicar otro estilo que no sea la pesca con sedal pesado.


De vuelta a casa no hay nada mejor que hacer una parada para tomar un buen café y hablar de las batallitas del día.

4.5.08

GUADALMELLATO...VUELTA A LA AVENTURA

Hace unas semanas vivimos una aventura en estas aguas. En aquella ocasión, tanto Javi como yo, volvíamos a casa con la sensación de haber estado pescando en un lugar majestuoso, con unas posibilidades tremendas de dar peces de una talla fuera de lo normal. Teníamos claro que volveríamos pronto a este precioso lugar... pasaron algunas semanas y lo hicimos. Se sumó Eduardo, que con su catamarán se dispuso a conocer el Embalse del Guadalmellato.
La tortuosa carretera, que da paso a la presa, pone la puntilla a un largo viaje desde Sevilla. Al coronar el muro vimos desde el coche el altísimo nivel del agua, faltando un par de metros para que sobrepasase el borde de los aliviaderos. El embalse era un espejo, no corría una brizna de aire.

Montamos los "cacharros" y los equipos. Mi idea era encontrar alguno de los enormes barbos (como el que me partió el bajo en la anterior visita a este lugar) y anecdóticamente tentar algunos bases. Lo que quería evitar era lanzarle imitaciones a todo lo que se moviera. Es una verdadera paliza cambiar señuelos y bajos cada cinco minutos y basta que montes un streamer para ofrecérselo a un bass para que en ese momento te pase por delante una carpa de cinco kilos que haga que el corazón te de saltos... Una vez en el agua, comencé a ver las inexistentes orillas. Los árboles habían quedado sumergidos y no se veían lugares para lanzar. La cosa se complicaba bastante para la pesca a mosca.


"botando" nuestros cacharros en unas orillas algo complicadas

Era un buen día para los lances rodados o para pescar desde la piragua, cosa complicada pues el punto de vista sobre los peces es reducido. Tienen que estar a menos de un metro de la superficie para poderlos ver.

En mi empeño por encontrar algún gran barbo, dirigí el paleo hacia el famoso "pasillo" que une las dos partes en que está dividido el embalse. Esta zona tiene unos 150 metros entre las dos orillas y una enorme profundidad.


El pasillo con sus orillas intransitables...

En principio parecía el rincón perfecto para probar suerte. Al comienzo de este pasillo desembarqué para acceder a pie. Me acerqué con todo el sigilo posible a una pequeña zona limpia de árboles. Algo en el agua llama mi atención. Miro a la derecha y veo un bass de alrededor de dos kilos en su nido... y yo con una ninfa para barbos montada en mi caña. Ya empezamos a cambiar señuelos. El pez me vio y no hacía nada por picar, pero quedé impresionado por su tamaño. Era espectacular.


Javi en una primera parada

Luché por abrirme paso entre los eucaliptos y pude observar la cantidad de bases con sus correspondientes nidos que había repartidos a lo largo de la tortuosa orilla.



Soltando un precioso bass que me hizo pasar un buen rato

Fui lanzando como podía intentando no perder el streamer en alguna rama de detrás de mi. En poco tiempo saqué del agua varios bases de un tamaño más que aceptable. Entraban al señuelo con energía y las luchas fueron muy bonitas.


Bases como este eran las capturas comunes

Con el streamer montado me pasaron por delante varios barbos de muy buen porte... Lo que comentaba al principio...lo llego a saber y me llevo dos cañas.




Eduardo y Javi andaban ensimismados machacando las orillas. Javi a pie y con equipo de spining acechaba entre la vegetación. Eduardo no paraba de sacar peces desde el catamarán. Su posición elevada y su buen hacer le dieron muy buenos resultados. Se infló de sacar peces



Era un gustazo sacar peces como este, aunque las orillas te dejaban "K O" .Pero yo quería grandes barbos...

En mi empeño por encontrar esos grandes barbos acabé llegando al mismo lugar donde perdí aquel gran pez de hacía unas semanas. Teniendo en cuenta que en aquella ocasión accedimos desde la cola y esta vez desde la presa (bastante más alejada), os hacéis una idea del palizón que supuso aquel desplazamiento.

La enorme masa de agua en la parte norte del embalse


Aquella decisión me costó caro. En el trayecto a aquel alejado lugar gasté casi todas mis energías. Una vez allí no hice más que pelearme otra vez con la maleza de la orilla en la que saqué otro bass de medio tamaño. Lo complicado del lugar me hizo desistir...



con este panorama había que cambiar el chip

Casi no podía lanzar. Decidí volver, pues estaba muy muy alejado de mis compañeros. Fue entonces cuando se comenzó a levantar algo de viento, por supuesto de cara, que me remató del todo.

Hace unas semanas...

tras las lluvias...


Una vez junto a mis compañeros, compartimos experiencias y nos pusimos al tanto. Los dos habían sacado muchos peces de muy buen porte. Eduardo le sacó todo el partido posible a su artilugio. Con tesón barrió literalmente toda la orilla situada al norte de la presa, localizando y sacando muchos bases desde su catamarán. Javi desde orilla y a veces desde la piragua sacó un buen número de piezas. Todos satisfechos.


Ultima captura del día

Tras el almuerzo unos cañazos, esta vez desde la piragua y para casa.

Una vez más este lugar se nos muestra como un auténtico paraíso que sólo revela sus secretos si sudas sus aguas... y sus orillas

La distancia recorrida, las orillas imposibles y el cansancio acumulado de días anteriores, me dejaron fuera de juego. El Guadalmellato pudo conmigo...

Aun así mereció la pena.

Para ver más daros una vuelta por Big Fish