26.4.10

MONTAÑISMO Y PESCA. DEL TORREON AL EMBALSE DE ZAHARA

Hace un par de semanas Javi me recordó que teníamos pendiente una subida al pico Torreón, del que ya hemos hablado en alguna ocasión en este blog. Todo el que haya pescado en alguno de los embalses del norte de la provincia de Cádiz ha admirado en alguna ocasión la carismática silueta de esta mole caliza de kilómetro y medio de altura.
Tras las llamadas pertinentes conseguí un permiso para dos personas, ampliado "in extremis" a tres, sumándose Álvaro a la excursión. A las nueve y media de la mañana del sábado pasado ya estabamos en el centro de interpretación del Parque Natural de la Sierra de Grazalema para recogerlo. Sólo faltaba echarnos las mochilas al hombro y comenzar a caminar. En media hora estábamos poniendo un pie delante del otro, superando los primeros tramos del recorrido que lleva a la cumbre. Es una subida muy directa, que mantiene en casi todo el recorrido la pendiente sólo interrumpida por la agradable presencia de un par de dolinas que ayudan a recuperar la respiración y el sentido del humor....
Para mi han sido momentos muy especiales por poder compartir con Javi y Álvaro esta ascensión.
Continuamos avanzando poco a poco dejando atrás los interminables zig zags tan característicos de esta ruta. A medida que la vegetación iba desapareciendo con la altitud, el horizonte hacia el sur se ampliaba. Primero el Parque de los Alcornocales, el Embalse de los Hurones y más allá el Peñon de Gibraltar. En menos de dos horas llegamos a las calizas desnudas de la cumbre. Muy contentos repusimos fuerzas con un tentempié. La gran nube que ocultaba las vistas hacia el norte nos dio una pequeña tregua y nos dejó ver por unos segundos nuestro siguiente destino, el Embalse de Zahara. Al ratito y viendo que las nubes eran cada vez más densas comenzamos el descenso.
Las bajadas, aunque se hacen un poco duras para las piernas, permiten respirar con normalidad así que fuimos hablando de nuestras cosas, entre ellas del interés de Álvaro por pasarse de la facultad de telecomunicaciones a la de periodismo... Ya en el coche soltamos las mochilas y nos pusimos en manos de Javi, que nos llevó con el super MEGANE 4x4 a pie de embalse.Este presentaba un magnífico aspecto, con el agua en calma y bastante actividad. Montamos nuestros equipos y comenzamos a alternar cortas caminatas con lances entre las numerosas coberturas junto a la orilla.
Me separé un poco de mis compañeros en busca de zonas más despejadas de vejetación con lo que llegué a una punta alejada en la que saqué un buen barbo. Sin agua para beber y cansado de caminar decidí volver sobre mis pasos para encontrarme con Álvaro que me comentó cómo había sacado unos buenos basses. Le pregunté por Javi y me cuenta que lo había visto casi todo el rato encima de una enorme roca echándole un pulso a Morfeo... El Torreón le pasó factura.
La vuelta hasta el coche se convirtió en un emocionante mano a mano entre Álvaro y yo tras los basses. Yo saqué algunos pero me quedo con la emoción de ver a "Alvarito" sacando con una impresionante habilidad a los más grandes y difíciles.
Algo digno de ver.
Ya de vuelta a casa iban quedando atrás estas bellas montañas en las que tantos buenos momentos he vivido y, si Dios quiere, viviré junto a mis seres queridos.
Javi y Álvaro... hay que repetir.
Hasta pronto.

12.4.10

ENTRE PENSAMIENTOS Y CARPAS

Una de estas tardes, no se muy bien como, acabé en un embalse que no conocía. Todo se rodeó de manera que hice algo que me apetecía muchísimo, caminar. Es una terapia infalible para desconectar de todo. Caminaba despacio, empapándome de las preciosas luces y del paisaje tranquilizante que me rodeaba. Desconecté hasta tal punto que en toda la tarde hice sólo una foto, cosa rara en mi. Los colores iban cambiando a medida que el sol bajaba, apreciando tonos distintos con cada golpe de mirada. La verdad, una pasada para los sentidos. Con tanto caminar asusté a algunos peces y al resto no les hizo ninguna gracia la forma de mis moscas (algún día aprenderé a hacerlas) pero la verdad... me importaba poco.
Al pasar por una pequeña playa, una carpa salió despavorida al verme. La gran agitación que provocó en el agua me hizo despertar de ese estado de evasión en el que estaba. Seguí caminando sin más y al cabo de un buen rato decidí volver sobre mis pasos. Al acercarme de nuevo a la pequeña playa en la que asusté a la carpa, tomé precauciones y me agazapé a la espera de observar algo interesante. ¡¡¡Unos destellos dorados en el agua y una nube de lodo!!! ¡¡¡Genial!!! ¿qué más se puede pedir? Cambié el pequeño bicho de foam por una mosca apropiada al pez que tenía delante. Hice el primer lance, que por cierto me salió fatal y recojo lentamente para repetir. Cuál es mi sorpresa al ver que la carpa ve la mosca desde lejos y se desplaza más de un metro para engullirla, algo que no es muy común. El cachetazo hizo que el pez sacara toda su adrenalina de golpe y me brindara una preciosa carrera. En unos minutos tenía una bonita royal en mis manos.
Como diría nuestro amigo Leo, parecía un lingote con escamas...
Hasta pronto

4.4.10

TENSIÓN A PEZ VISTO NO RESUELTA

Tras las lluvias, el embalse en el que se desarrolló nuestra última salida ha duplicado su volumen y extensión, por lo que localizar los peces, cuando mantienen poca actividad, es una ardua tarea. Después de mucho andar y palear intentando localizarlos, decido quedarme quieto en un lugar que considero querencioso. El sol va calentando y comienzan a moverse los peces. Pequeños grupos de carpas y barbos, algunos de los cuales pude capturar. Pero quería emociones fuertes y comencé a dejar pasar los peces de mediano tamaño a la espera de alguno de mayor porte. Cuando estaba a punto de marcharme, mientras caminaba hacia el kayak, veo venir de frente dos grandes barbos y uno de ellos de tamaño descomunal. Lanzar la mosca en estas circunstancias es jugar a los dados pues nunca se sabe cual de ellos la atrapará. No me lo pienso y lanzo la montana de color marrón encima del grupo. Un violento movimiento en el agua me da a entender que el de mayor tamaño es que se ha adelantado. Veo como el gran lomo oscuro se lanza hacia la mosca, parándose en seco justo antes de tomarla. De infarto... La imagen de ese soberbio animal parado delante de la imitación, pensando si aquel burruño de pelos era comestible, es algo que difícilmente olvidaré. Aquel barbo desapareció en las profundidades, dejándome con la miel en los labios de lo que podía haber sido una increíble captura. Pero el otro quedó cerca de la superficie un poco desconcertado. Vuelvo a lanzar y mientras la mosca se hundía el animal la engulle. Comenzó una bella y dura lucha por la que deduje que se trataba de un gran ejemplar, quizás mayor de lo que creía en un principio. Lo saqué, comprobé su tamaño e inmortalicé el momento. Mientras paleaba, de vuelta al coche, no paraba de pensar en el gran barbo que estuvo a punto de engullir la mosca. Si el que saqué del agua midió 58 centímetros... no quiero ni pensar en la lucha que hubiera tenido con el otro... mucho más grande.
Hasta pronto.