27.6.09

UN NUEVO DESTINO

Con muchas ganas, Javi, Eduardo y yo, partimos este sábado en busca un nuevo escenario en el que mojar nuestras moscas. Eduardo eligió ir a pie por la orilla más cercana al acceso principal. Javi y yo cruzaríamos a la orilla contraria para adentrarnos en una kilométrica recula. Sus dimensiones y un viento repentino supusieron un gran desgaste para nuestro precario estado de forma. No hay que subestimar las distancias paleando en un kayak. Los peces estaban muy activos, desplazándose de aquí para allá, en todas las capas de agua. Las minitallas, pequeños barbos, se cebaban en superficie con voracidad. Tal excitación atraía a los de mayor tamaño que no dudaban en atacar a los despistados benjamines. El embalse desbordaba vida por donde mirases. En la primera parada capturé un barbo que, con una velocidad endiablada, se lanzó por una pequeña montana. Ofreció una bella lucha, totalmente desproporcionada a su tamaño. Es increíble la potencia que pueden desarrollar estos peces.
Seguimos profundizando en la enorme recula disfrutando de su belleza. Llegamos a un sinuoso meandro con orillas muy contrastadas. Una de inclinación media llena de troncos sumergidos, en la que desembarcó Javi, y la de enfrente, con profundos cortados en la que lo hice yo. Avanzando con mucho cuidado, me desplacé hasta un resalte desde el que observar el lugar. Permanecí un rato escrutando con detalle todo lo que ocurría a mi alrededor hasta que vi un burbujeo intenso, sin duda producido por un gran pez alimentándose a cinco o seis metros de profundidad. Estos peces son de costumbres fijas. Cuando encuentran su comedero pueden permanecer horas en él, subiendo a veces a solearse a la superficie. Así que era cuestión de esperar hasta que el animal se hiciera visible de alguna forma. La temperatura era suave y no me importaba quedarme quieto el tiempo que hiciera falta. A la media hora aproximadamente el burbujeo cesó. El pez había dejado de comer. A los pocos minutos aparece a mi derecha, a unos quince metros de mi, una gran carpa buscando alimento en las grandes rocas de la orilla. No me sentía cómodo para lanzar y esperé a que el pez se embebiera en su tarea para acercarme un poco. Me situé a unos diez metros e hice un lance. Le pasé una gran ninfa de colores naturales justo por delante. El agua era muy turbia y el pez no notó su presencia. Mientras cambiaba la imitación por una de colores más claros, el pez se fue, volviendo a aparecer unos treinta metros más adelante. Comencé a acercarme y el pez volvió a retirarse. Así una y otra vez hasta que el animal y yo llegamos a una zona más suave en la que comenzó a comer de nuevo con ímpetu. Lancé la mosca, la pasé por delante y se produjo el ataque... Después de veinte minutos conseguí meterla en la sacadera. Una carpa común de bellísima librea. La dejé un buen rato en el agua para que se recuperara. Ya junto a Javi y tras contarme con detalle como había capturado una carpa de muy buen porte, nos desplazamos a un lugar cómodo en el que hacer alguna foto y soltar al animal.La vuelta en busca de Eduardo fue dura, llegando los dos muy cansados al punto de encuentro. Mientras llegaba nuestro compañero salieron algunos peces más. Ya juntos los tres, durante el almuerzo, Edu nos dio detalles de las capturas que había conseguido, confirmándose una gran actividad en todo el embalse.
Una larga caminata con los kayaks a cuestas nos dejó en los coches, poniéndose el punto y final a esta buena jornada de pesca en compañía de mis amigos... O yo estoy cada vez más enano, o estos dos están cada vez más grandes....jajajajaja¡¡¡¡

Hasta pronto.

20.6.09

MI PRIMER OCHOMIL...

La idea de esta salida de pesca era clara. Madrugar, desplazarnos a un embalse muy cerquita de casa y en el momento que el sol dijera "aquí estoy yo" volvernos. Ni Javi ni yo nos podíamos permitir mucho más. Así que salimos temprano hacia nuestro cercano y normalmente masificado destino. Un carril lleno de socabones y una pequeña caminata nos dejó en una zona más tranquila. El agua, a pesar de su turbidez, estaba en calma y permitía ver desde lejos los movimientos de los peces. Javi se estrenó nada mas llegar.


Un gran chapoteo llama mi atención . Me giro y lo veo con la sutil caña del #5 completamente retorcida, mientras un buen pez le sacaba metros y metros de linea en una potente carrera.

Más tarde conseguimos la que sería la captura del día...

Justo delante de mi veo emerger una gran sombra. Con los nervios a flor de piel saco algunos metros de linea y presento la imitación lo mejor que puedo. Mientras la ninfa se hundía el pez desapareció, volviendo a surgir segundos más tarde. Repito la acción y esta vez si. El pez acompañó al señuelo en su hundimiento hasta que casi los perdí de vista en la profundidad. La carpa se detuvo en seco con el cuerpo casi vertical. Pensé que era el momento de contar tres y dar el cachete. Al segundo me encontraba con un magnífico ejemplar de carpa royal prendido al otro lado de mi equipo. Fueron momentos muy emocionantes que pude compartir con mi compañero, que participó activamente en la captura. De hecho sin él no hubiera podido sacar al pez del agua.

Después de soltar al hermoso animal y recuperarme del shock que supone una captura tan excepcional, continuamos con nuestra tarea...
La actividad disminuía a medida que el sol iba subiendo. Javi, un pelín atrancadete por las secuelas de un reciente catarro, fué volviendo despacio hacia el coche, parando de vez en cuando para acechar a alguna que otra carpa. Yo también desistí. El aumento de la temperatura comenzaba a ser una amenaza.
Caminando hacia el coche conseguimos la última captura. Una bonita carpa común que luchó como una auténtica campeona.
De este modo nos despedimos de esta sorprendente mañana de pesca
Así son las cosas. A veces planeo días de pesca que prometen fantásticos resultados y acaban siendo nefastos. Sin embargo hay salidas express, como la de hoy, que resultan ser inolvidables...

Más sobre esta jornada en Big Fish Sevilla
Hasta pronto.

11.6.09

CARPINES Y PERCASOLES

Esta subida de las temperaturas puede que sea un punto de inflexión en el comportamiento de la mayoría de nuestros peces. Ahora será más difícil capturarlos en las horas centrales del día, obligándonos a madrugar para poder tentarlos con mayor éxito. Comienza una nueva etapa en la temporada de pesca. Mientras tanto, algunas especies, como las percasoles, están al cien por cien, haciendo desbordar de vida las orillas de nuestros embalses. Están inmersas en sus quehaceres amorosos... mostrando una agresividad inusual ante las moscas lanzadas a carpas y barbos.
Con el calor del mediodía otros peces descansan suspendidos a medias aguas, como era el caso de este carpín, que dormitaba entre un grupo de carpas, soleando sus escamas en una apartada recula.
Sin duda una sorpresa para mi y supongo que mayor para él...
Parece que nuestros peces, después del arrebatador despertar primaveral, se vuelven más exigentes y cautelosos.

Para nosotros, los pescadores, es un nuevo reto que hemos de afrontar cambiando nuestras tácticas.

Suerte y hasta pronto.

1.6.09

INSTANTES CAÑA EN MANO

Este mes de mayo está siendo inestable en cuanto a mis salidas de pesca. Hay cosas muy importantes que hacer y me estoy escapando a ratitos. Esto coincide con el mágico momento de la subida del barbo. En algunos ríos es un espectáculo que me ha transmitido sensaciones contradictorias. Por un lado la fascinación de poder presenciar las avalanchas de peces remontando los ríos y por otro aguantar la tentación de lanzar mis moscas en esas situaciones... En muchos casos hemos preferido fotografiar el acontecimiento antes que sacar alguno de esos peces y dar al traste con el equilibrio y la serenidad de una charca en la que daban rienda suelta a sus quehaceres nupciales.




Era cuestión de andar un poco y buscar algunos ejemplares más solitarios que se alimentaban de lo que les traía la corriente.
También hemos tenido otras salidas, un tanto infructuosas, en las que al llegar al río me encontré con algunos contratiempos. Orillas especialmente sucias, una competición de motos de agua, cantidades ingentes de curiosos ante los que me daba un poco de corte pescar...

A pesar de ello salió alguna captura, que llegó a tomar un cariz cómico por lo que os cuento a continuación.
Una mañana, después de mucho caminar, encontré un lugar donde poder lanzar mi caña tranquilamente. Un grupo de lisas se alimentaba delante de mi. Comienzo a sacar linea justo cuando aparece un chaval que me pregunta directamente si mi carrete era automático... Le contesto que no, que era de mosca. "¿Y cuánto vale?"... pues no me acuerdo, le contesto mientras las lisas daban constantes tirones de la linea. Ese hilo tan gordo no se rompe nunca ¿no? Mientras le cuento que eso era una linea de mosca pica una lisa. La saco ante el absoluto asombro del chaval. ¿qué cebo le estas poniendo? Le enseñé la boca de la lisa, vio la imitación de pan y alucinó. Le dije si quería posar para que le hiciera una foto con la lisa y la caña y aceptó.


En ese momento comienza a amontonarse gente detrás de mi observando al joven pescador de mosca con su captura. Este, sin cortarse un pelo, empieza a dar voces diciendo que la había pescado él, y que momentos antes había sacado con la misma modalidad una carpa y otra lisa... imaginación no le faltaba. A esto que aparecen siete u ocho chiquillos que, a gritos, me decían que querían la caña para probar suerte. El fantasioso pescador no paraba de describirle sus exitosos lances, a los que resultaron ser sus primos. Yo no quería quitar la ilusión al chaval y permanecí callado. Era el momento de soltar la lisa. Los niños no paraban de pedirme el equipo para ver si, al igual que su primo, conseguían algún pez... aquello se complicaba. Resultado final: tres imitaciones de migas de pan, otras tantas avispas y algún escarabajo de foam... regalándoles esas moscas conseguí distraer a la "jauría" de chavalines y desaparecí como pude... Cosas que pasan.

Y como nunca está de más decirlo...captura y suelta, por favor.

Y hace un año, Mañana de lisas.....tarde de carpas y barbos: "Pues si, este domingo he tenido dos momentos de pesca. Por la mañana un rato en el Guadalquivir y por la tarde otro rato con mi familia en pleno campo..."
Hasta pronto.